jueves, 13 de septiembre de 2007

Entre dos ciudades

El domingo regresamos de Buenos Aires, luego de cuatro días conociendolo por primera vez.
Me han preguntado mucho como me fue, si me gustó, qué hice, etc.
Como casi siempre me pasa, no puedo contar cada detalle, porque no me gusta aburrir, pero también porque en realidad lo más importante, la impresión y la huella del viaje se va descubriendo a los pocos días.
Podrá parecer raro, pero me sucedió algo extraño al volar, de hecho se lo comenté a Pablo allá, eso de ser despegada de la tierra, me produjo una sensación rara, algo casi metafísico, creo que la palabra más cercana es que me sentí desarraigada. La siguiente impresión más fuerte me la produjo la gente; los argentinos que conocí fueron amables, educados, calmos al hablar y con voces más graves. Y yo me preguntaba si sería el clima, la falta de cordillera a la vista, la proximidad del río lo que hace que sean diferentes a nosotros como un opuesto.
Me calleron bien, me gustó su comida, sus librerías, su relajo, su forma cómoda de vestir, su franqueza.
También tienen sus heridas, también tienen pobres que viven en las calles, que duermen en las plazas o en los recovecos de los edificios. Tienen su plaza de mayo con los pañuelos blancos de "las madres" pintados en el suelo. Tienen sus atochamientos y tráfico infernal . Y tienen también su Riachuelo (el de la Boca) contaminado.
Me parecieron un pueblo medio nostálgico, viejo, como si hubieran vivido mucho y que se han sentido estafados y engañados tantas veces que no esperan mucho de nadie, del gobierno, ni otros grupos. Salvo talvez del deporte, estaban compitiendo Los Pumas, la selección de Rugby, y hasta nosotros nos alegramos de que le ganaran a los franceses (que eran los actuales campeones mundiales).
Podría decir muchas cosas más, pero para terminar quiero agradecerles a los bonaerenses su trato, sus sabores, su arquitectura, sus librerías y su gran ciudad.
De vuelta en Santiago, agradezco mi tierra, la cordillera, el aire frío que refresca, el té y la marraqueta, las voces y las caras de mi gente....


3 comentarios:

Anónimo dijo...

No se si sea verdad pero me encantaría decirte que tal como en este viaje la próxima vez que el avión te separe de la tierra tendrás mi mano para afirmarte y mi hombro para cobijarte
Pablo

David dijo...

Maravillosas tierras argentinas. Me alegro que hayan disfrutado. Muy felices fiestas.

Me pregunto si Felipe organizará algún evento.

Unknown dijo...

Bueno...

Todos me retan, pero a mi no me gusta Buenos Aires....

algo me asusta, algo me incomoda, siento que me aplasta...

cosas extrañas.

saludos!