miércoles, 29 de agosto de 2007

El invierno ha pasado.

He estado tratando de decantar y poner en palabras escritas el estado actual de mi alma (era uno de los motivos al crear este blog) y la verdad es que cuesta ¡Huff!.
Bueno, este año, por ahí por mayo tuve una de las más grandes alegrías que había sentido en mi vida, todo mi cuerpo estaba expectante, toda mi psiquis estaba conmovida ¡esperaba un hijo o hija! Era un sueño cumplido después de largo tiempo buscado. Fueron días de gran intensidad y mucha conexión con el milagro de la vida, los que vivimos con Pablo....
Pero algo anduvo mal, la misma vida se encargó de mostrarnos su fragilidad... Sufrimos, sufrimos demasiado, se detuvo el tiempo, quedamos supendidos en medio de un sueño interrumpido antes de tiempo.
Han pasado tres meses, en realidad es poco, pero siento que ha sido mucho, cada día fue un desafío de vivir, ¿cómo rearmar el proyecto de familia sin temor y con esperanza?. Se puede, finalmente se que se puede, con Amor, con paciencia, aceptando el dolor, el duelo.
Está pasando el invierno que ha sido frío y duro para todos, está pasando también el invierno de nuestra pena, los días nublados y lluviosos. La naturaleza está mostrando los primeros brotes , se siente el aroma de los Aromos, hay nuevas brisas, la tierra está despertando.
Hay nuevos brotes en mi alma y el amor de Pablo y mi familia es una brisa que refresca. Los nuevos proyectos (la práctica de Pablo, el viaje a Buenos Aires) nos reaninam... Ha pasado el invierno.
En los albores de esta nueva primavera declaro mi credo:
Creo en la vida con mayúsculas, en verdad cada vida es un milagro,
creo en la fuerza renovadora del amor,
creo que el dolor nos hace crecer,
creo que renocer la fragilidad nos ayuda a saber quien somos,
creo que Dios nos sostiene.
Creo que en tí hijo o hija que no alcanzaste a nacer pero que sí existes.
Algun día nos reuniremos.
Gracias por tu venida, gracias por que te quisimos mucho y porque siempre serás nuestro hijo.

2 comentarios:

ValentinaCArrozzi dijo...

Isa... Gracias, mil gracias... Estas experiencias que relatas son tan, tan significativas y estremecedoras, justamente porque el ser tan tuyas, tan íntimas, se vuelven "nuestras", universales... En el amor, la fragilidad, el dolor y la voluntad de no soltarle la mano a la esperanza nos reconocemos idénticos como gotitas de agua. Creo en tu Dios, creo en ese hijo vuestro que está vivo y es un aliado para ustedes ahora, creo en tu anhelo de vivir en plenitud para los demás y, sobre todo, en este amor maravilloso que tú y Pablo nos permiten atestiguar.

Gracias, mi amiga hermosa, muchas gracias.

Unknown dijo...

Querida!!!!

No sabía que andabas de blog por la vida!!!!

El mío lo tengo hace mucho tiempo y me ha permitido conocer gente interesante y compartir ideas....

serás parte de mis link y estaré paseando por aquí.

Bueno, y al respecto de lo que cuentas...la vida se encarga de mostrarnos lo frágil de ella para amarla a concho.

besos!